UN PEDACITO DE VIVIENDA NORAI
Hola Jazmín, preséntanos a tu familia.
Está conformada por mi esposo, mi hijo mayor de 12 años y el nuevo integrante de la familia, que ha nacido aquí en Bilbao y tiene 2 meses. Con mi esposo llevamos 15 años juntos y ya anteriormente nos habíamos planteado tener otro hijo y ahora, por diversas circunstancias, nos pareció que era una buena decisión.
En la actualidad estáis en una vivienda de Norai. ¿Cómo fue que conocisteis a la Asociación y cómo llegasteis hasta aquí?
Gracias a Dios, cuando llegamos, la hermana de mi esposo conocía a algunas personas de Norai. Nos dieron muy buena acogida, por lo que nos sentimos como en casa. Lo duro al principio fue el clima, porque llegamos en octubre y estaba muy frío y lluvioso. Ya llevamos quince meses. Al principio vivimos alquilados en casa de una familia inmigrante pero, no fue bien. Fue triste para nosotros no encontrar la acogida esperada. Ellos ocupaban todo el tiempo la cocina y no podíamos encender la calefacción. Yo padezco de asma. Por suerte, a la hermana de mi esposo le dieron la oportunidad de acceder a un piso Norai. Allí nos fuimos a vivir con su familia y nosotros. Éramos siete personas. Más tarde llegaron la mamá y las hijas de mi cuñada, así que decidimos trasladarnos a esta otra vivienda, donde ocupamos 2 habitaciones. La convivencia está siendo muy buena en estos diez meses que llevamos aquí.
¿Qué tal la relación con las demás personas?
Mi hijo mayor, gracias a Dios, se ha adaptado muy bien. Se ha acostumbrado a tener sus cosas ordenadas, porque sabe que hay otras personas viviendo con nosotros. A medida que vas creciendo, él va aprendiendo. Ahora, con su hermano pequeño se aman. Le cuida y para mí es de gran ayuda. Aunque no es su obligación, colabora en el cuidado del bebé. Se vé que lo hace con mucho gusto. Nosotros somos de Colombia y convivimos con un joven africano y otras tres personas latinas.
¿En qué os ha ayudado estar en Norai?
En primer lugar, estar aquí nos hace sentirnos en el hogar. Tenemos la libertad de aprovechar todos los espacios comunes de la casa, con una libertad de horarios y sin miedo a que surjan conflictos. Por otra parte, económicamente todavía estamos situándonos, por lo que tener acceso a una vivienda más económica es de gran ayuda.
¿Estáis aprendiendo nuevas cosas?
Nuestra experiencia en Colombia no había sido de convivir con gente de diferentes países. Convivir con personas de otras culturas, en una relación de confianza, es algo muy enriquecedor. La cocina, la sala, son lugar de encuentro e intercambio, de darnos consejos y reírnos juntos. Podemos recordar anécdotas de nuestras familias, intercambiarnos recetas, hablamos de nuestras tradiciones. En algún caso, se puede decir que hemos creado relaciones de amistad y nuestros hijos sienten ese cariño compartido.
¿Cómo os planteáis el futuro?
Nos gustaría tener un piso propio, donde poder estar juntos como familia y recibir a nuestras amistades. Yo personalmente también me veo trabajando, llevando adelante un proyecto de emprendimiento que tengo. Sueño con poder compaginar mi vida familiar y profesional. Por supuesto, no quisiéramos perder la relación con la gente que hemos conocido en Norai.
Gracias Jazmín por compartir vuestra experiencia.