LA MÚSICA TRADICIONAL AFGANA, ALIMENTO PARA EL ALMA
Afganistán es actualmente un país marcado por la desolación y la desesperación, donde el fundamentalismo ha encontrado un terreno fértil.
Bajo el gobierno de los talibanes, la música está prohibida. Se hicieron hogueras para quemar todos los instrumentos musicales, buscando ahogar la expresión y alegría de un pueblo, bajo un pretexto religioso.
En el encuentro conmemorativo de los 10 años de Norai, Hamidullah rompió el silenciamiento de una música tradicional con más de 1000 años de antigüedad. Nos trajo la belleza de la poesía y la música afgana, dejando resonar libremente, en el claustro de la Universidad de Deusto, la melodía y el ritmo del armonio. La música instrumental y vocal, con influencia indostaní (música clásica de la India) se abrió paso entre nosotros, llegando a alcanzar las fibras del alma. Fue un grito de belleza y nostalgia, que trajo un mensaje firme y decidido: no es posible ahogar los sonidos que alimentan el alma.