SENEGAL, EL GUSTO POR APRENDER
La educación es un derecho fundamental, a pesar de que millones de niñas y niños en todo el mundo se ven privados de ella. Las consecuencias sociales y económicas de la falta de escolarización para un país son devastadoras.
Actualmente, la educación en Senegal es oficialmente obligatoria para todos los niños a partir de los 7 años durante la etapa primaria (6 años) aunque se estima que un 40% no lo está. Uno de los obstáculos principales que dificulta el acceso a la educación de manera considerable es el coste de estudios, tanto en cuanto a costes directos como indirectos. Se estima que la tasa de analfabetismo es del 49,7%, en un país cuyo 50% de la población tiene menos de 18 años. Galay es la persona responsable de la escuela que Norai está impulsando en Touba (Senegal).
Hola Galay, bienvenido de nuevo a Bilbao. Hace 35 años llegaste por primera vez a esta ciudad. Quisiéramos que nos cuentes cómo va la escuela. Va aumentando el número de personas interesada en apoyar la campaña "Apadrinar la escuela de Touba", así que nos gusta estar informados. ¿Quién conforma el colegio?
En la actualidad contamos con 3 profesores y 2 profesoras, que dan clase a cuatro grupos de alumnos. El año pasado empezamos experimentalmente la guardería y este año contamos con 15 pequeños en preescolar.
Una peculiaridad de la escuela es que los alumnos cursan dos niveles cada año. ¿Cómo es esto?
En Senegal hay mucha gente que lleva a sus hijos a escuelas coránicas, sobre todo en Touba, por lo que tienen un retraso de varios años en su escolaridad. En nuestro barrio no había escuela, así que hemos empezado de cero. Aprovechamos el tiempo y también durante el mes de julio se siguen impartiendo clases.
¿Qué resultados se van logrando?
Este año, por primera vez, se ha presentado un grupo de veinticinco alumnos a la prueba estatal para obtener el título de enseñanza básica. Aprobaron todos menos uno, que el año que viene lo volverá a intentar.
Imagino que habrá sido una alegría enorme.
Ese día, al llegar a casa vi a los niños saltando. Corrieron hacia mí diciendo que habían aprobado el examen. Les queda una prueba más, pero no es difícil. El próximo año empezarán el instituto. Si conseguimos contratar a los profesores de bachiller podrán estudiar en nuestro centro.
Otras peculiaridades de la escuela son que es la única que hay en el barrio y que las clases se imparten en wolof, la lengua local.
Sí. El colegio más cercano está a un kilómetro de distancia, pero es privado y son pocos los que pueden pagar. Por otra parte, estudiar en su lengua materna facilita mucho el aprendizaje.
La escuela no cuenta con grandes medios económicos y, sin embargo, admite también a alumnos cuyas familias tienen escasos recursos. ¿Cómo es su aportación a la escolaridad?
Lo que aportan las familias no es mucho. Los mayores aportan unos 9 euros al mes. Los que menos son los que van a la guardería, 5 euros. Nosotros no echamos a nadie porque no pueda pagar. Por ejemplo, hay una familia cuyos padres tienen una discapacidad y casi no tienen recursos, por lo que sus hijos no pagan nada.
¿Los niños están interesados en su formación? ¿Se la toman en serio? ¿Son conscientes de la oportunidad que tienen?
Están emocionados y tienen mucho interés, sobre todo si empiezan desde pequeños. Tienen grandes sueños profesionales, quieren ser maestras, arquitectos, médicos, pero sobre todo desean mejorar la sociedad. Por eso vamos creando conciencia de que ahora tienen que esforzarse y estudiar. Se les ve con entusiasmo.
A esta escuela van tanto niños como niñas
Sí, es mixto. Lo que observamos es que son las niñas quienes están más centradas, con más interés por estudiar y esforzarse.
Eso es importante porque a nivel nacional hay mayor índice de analfabetismo entre las chicas.
Es algo que va cambiando. Los niños se incorporan más tarde a la escuela, por haber asistido antes a la escuela coránica. En cuanto los chicos se ven un poco mayores ya piensan en trabajar y llevar algo de dinero a casa.
¿A qué edad se incorporan al mercado laboral?
No hay una edad mínima. Hay niños que conducen los carros con el burro, que es el modo de transporte habitual en los barrios y que apenas tienen diez años. Viven un ambiente de calle que no es sano para ellos.
¿Cuáles serían los siguientes pasos a dar en la escuela?
Hay mucho que hacer. Económicamente no estamos bien. El profesor que más gana cobra 100, pero si queremos que estén motivados tendrían que ganar unos 250 euros mensuales. De otro modo, los profesores tienen que dar clases particulares por la tarde, para llegar a cubrir sus necesidades básicas.
También necesitamos pupitres, material escolar. Muchas veces los padres no pueden comprarles las cosas más elementales. Tenemos que mejorar muchas cosas todavía.
Dentro de poco va a ir un grupo de personas voluntarias para ir allí. Va a ser una etapa importante.
Senegal es la puerta de entrada al África más profunda, un país de tradiciones vivas y de gente hospitalaria. A Senegal se le llama el "país de Teranga", un lugar de acogida. Los niños se sienten importantes cuando sabe que las personas voluntarias de Norai han hecho semejante viaje para visitarles y vivir con sus familias. Les ayuda mucho.
Muchas gracias Galay por compartir este rato con nosotr@s. Nos veremos en Touba.
PARTICIPA EN LA CAMPAÑA: APADRINA UNA ESCUELA
Establecer un puente entre un colectivo de apoyo que aglutine a empresas, instituciones, particulares, para que la escuela disponga de mejores recursos educativos, ofreciendo una educación de calidad. Se asegura la sostenibilidad porque, "los pequeños arroyos hacen los grandes ríos".
Esta iniciativa contribuye a colaborar en la mejora del futuro de 120 menores y a disminuir la inequidad de niños y niñas en una zona vulnerable y llena de posibilidades. Juntos podremos ser compañeros de camino en sus progresos, esfuerzos y alegrías. APADRINA EN norai@asociacionnorai.org